sábado, 11 de agosto de 2012

CON LAS COSAS DE COMER NO SE JUEGA Me sorprende el tratamiento de estas dos noticias que me llegan al mismo tiempo: Unas monjitas, que durante diez años, están especulando con los alimentos de los más necesitados, y cuando las pillan, sin que se les muevan las "tocas" dicen que perdón y ya está ¿cómo que perdón? Que las perdonen sus confesores, si es que no han suprimido el cuarto mandamiento.Y que no quieren dar la cara a cámara.!que discretas! No hermanitas,no, lo que tienen que hacer es restituir lo sustraído al Banco de Alimentos. O montar un comedor social durante 10 años.Que el pecado fue de Obra no de Pensamiento. Por otro lado, unos sindicalistas se llevan unos cuantos carros de cómida básica en Mercadona,cuyo propietario aconseja que trabajemos como chinos, para que él siga enriqueciéndose (sin que por ello, al día siguiente,se vaciaran su tiendas de clientes,-pero eso es otro cantar-.)y la reparten entre los más desfavorecidos,enfrentándose con ello a penas de cárcel, si por fin se desentraña el significado del vocablo robar. Menos mal que las hermanitas son Del buen Consejo y no de los Pobres. Con las cosas de comer no se juega, quizás eso solo lo entiendan, quienes tienen en el oído ese abrir y cerrar del frigorífico por sus hijos, para encontrarse con él vacío mientras ellos se topan con el Vacío.

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